¿Caminos? Dicen que "vagar no implica estar perdido", y también dicen que "ningún viento le es favorable al que no sabe hacia dónde va". Cosas más ciertas, aunque en un principio suenen como una dicotomía. Reflexionar en ello implica estudiar nuestras vidas, momentos pasados, caminos errados, tiempos presentes e, incluso, nos lleva a pensar en nuestro siguiente paso. Una conclusión a la que se puede llegar después de estas dos frases es a que muchas veces podemos simplemente estar esperando a que el viento sea favorable para continuar nuestro camino; o que, mientras el viento no nos sea favorable, más vale dejarse llevar por las olas y no luchar contra ellas porque podría ser que nos alejemos más.
¿Decisiones? Es muy común que necesitemos tomar decisiones, lo hacemos muy seguido; algunas veces tenemos la oportunidad de pensar en ello con mucho detenimiento; otras veces debemos actuar por reflejo, sin tiempo para pensar. En ocasiones el clima es tan claro que se pueden tomar decisiones, sin mayor problema; pero cuando todo está abarcado por la densa neblina, es difícil y, casi azaroso, tomar cualquier decisión. Lo mejor será esperar a que baje la neblina, sino puede esperarse a esto, entonces andar pero muy despacio, cuidando cada paso. Un factor más que entra en este juego de decisiones es nuestro sentimiento y nuestra razón, cuántas veces sabemos lo que debemos hacer por razonamiento lógico pero nuestro sentimiento nos detiene, o al revés, nuestro sentimiento decide sin mayor problema lo que va a hacer sin tomar en cuenta los gritos de la razón que le advierten de las consecuencias.
¿Caminos? Dicen que "vagar no implica estar perdido", y también dicen que "ningún viento le es favorable al que no sabe hacia dónde va". Cosas más ciertas, aunque en un principio suenen como una dicotomía. Reflexionar en ello implica estudiar nuestras vidas, momentos pasados, caminos errados, tiempos presentes e, incluso, nos lleva a pensar en nuestro siguiente paso. Una conclusión a la que se puede llegar después de estas dos frases es a que muchas veces podemos simplemente estar esperando a que el viento sea favorable para continuar nuestro camino; o que, mientras el viento no nos sea favorable, más vale dejarse llevar por las olas y no luchar contra ellas porque podría ser que nos alejemos más.
¿Decisiones? Es muy común que necesitemos tomar decisiones, lo hacemos muy seguido; algunas veces tenemos la oportunidad de pensar en ello con mucho detenimiento; otras veces debemos actuar por reflejo, sin tiempo para pensar. En ocasiones el clima es tan claro que se pueden tomar decisiones, sin mayor problema; pero cuando todo está abarcado por la densa neblina, es difícil y, casi azaroso, tomar cualquier decisión. Lo mejor será esperar a que baje la neblina, sino puede esperarse a esto, entonces andar pero muy despacio, cuidando cada paso. Un factor más que entra en este juego de decisiones es nuestro sentimiento y nuestra razón, cuántas veces sabemos lo que debemos hacer por razonamiento lógico pero nuestro sentimiento nos detiene, o al revés, nuestro sentimiento decide sin mayor problema lo que va a hacer sin tomar en cuenta los gritos de la razón que le advierten de las consecuencias.
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